POLITICA
AMBIENTAL NACIONAL - PROGRAMA ACCION NACIONAL - APROBACION
Resolución
(SAyDS) 250/03. Del 6/3/2003. B.O.: 5/5/2003. Apruébase el Programa
de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación y
Mitigación de los efectos de la Sequía y su Documento Base.
Objetivos. Metodología. Diagnóstico de la desertificación.
Aspectos institucionales, jurídicos y económicos. Areas del
Programa de Acción.
CAPITULO
6
Areas
del Programa de Acción
Las
diferentes Areas del Programa de Acción Nacional de Lucha
contra la Desertificación se corresponden con los Objetivos
Específicos perseguidos por el mismo.
En
efecto, cada una de estas Areas intenta contener a dichos
objetivos; describiendo a tales efectos las diferentes políticas,
estrategias y cursos de acción que deberán ser implementados
para plasmar los señalados objetivos del Programa.
Las
Areas del Programa de Acción Nacional de Lucha contra la
Desertificación son las siguientes:
1.
— Programas de Acción
Provinciales, Interprovinciales y Regionales
2.
— Red Nacional de
Información de Lucha contra la Desertificación
3.
— Educación,
Capacitación y Concientización Pública
4.
— Fortalecimiento del
Marco Institucional y Jurídico
5.
— Fortalecimiento del
Marco Económico Financiero
6.
— Inserción del
Programa Nacional en el orden Regional e Internacional
1.
— Programas de Acción Provinciales, Interprovinciales y
Regionales
Uno
de los aspectos sustanciales del Programa de Acción Nacional de
Lucha contra la Desertificación es alentar la elaboración de
programas provinciales, interprovinciales y regionales.
La
propia metodología utilizada para el diseño del Programa
Nacional se fundamentó en la más amplia participación de los
diversos actores locales. Una vez finalizado el proceso de
construcción del referido Programa Nacional, el protagonismo
local, lejos de disminuir, deberá incrementarse de manera
significativa.
En
este contexto, el accionar provincial podrá canalizarse de
distintos modos: En primer lugar, el componente local constituirá
la esencia misma del Programa de Acción Nacional de Lucha
contra la Desertificación, dado que en el mismo se prevé
expresamente la canalización de los diversos proyectos
generados en los pueblos y ciudades del país, a través de sus
instituciones, públicas o privadas.
Pero,
además de ello, se estima adecuado que cada Provincia, se
plantee la conveniencia de elaborar su propio Programa de Acción
Provincial de Lucha contra la Desertificación.
De
este modo, y sobre la base de la consideración de las
particularidades específicas de cada zona del país, podrían
canalizarse institucionalmente de manera más eficaz los
diversos emprendimientos locales en materia de lucha contra la
desertificación.
En
la misma orientación, se observa con interés la conformación
de Programas de Acción Interprovinciales y Regionales, que
vinculen los aspectos comunes en esta problemática, que están
presentes más allá de los límites específicos de cada Estado
Provincial.
No
obstante, es preciso advertir que, en modo alguno, se procura
crear nuevos organismos estatales, ni, menos aún, burocratizar
el accionar institucional en materia de lucha contra la
desertificación.
Por
el contrario, se intenta alentar el protagonismo de los actores
locales, a la vez que se procura encontrar mecanismos ágiles,
dinámicos y flexibles que permitan coordinar los esfuerzos de
los diferentes sectores que trabajan en esta problemática.
Al
respecto, los países que más éxito han obtenido en la
preservación de los recursos naturales han encontrado en la
descentralización una invalorable herramienta institucional.
En
este marco, es deseable diseñar metodologías de distribución
de facultades entre los distintos niveles de gobierno, que
posibiliten un incremento en la eficiencia del accionar de los
organismos públicos y privados, del orden nacional, provincial
y municipal.
De
este modo, se arriba a un federalismo de concertación que
resuelve adecuadamente la problemática de los recursos
naturales dentro del esquema de reparto de competencias entre la
Nación y las Provincias establecido por la Constitución
Nacional.
Mitigación
de los efectos de la sequía
El
Programa de Acción Nacional también incluye la consideración
de las medidas para mitigar el efecto de las sequías a nivel de
todo el país.
El
establecimiento y/o fortalecimiento de sistemas de alarma, de
prevención, de preparación y gestión en caso de sequía, como
la introducción de proyectos de fomento del manejo del suelo y
del agua, son elementos que deben considerarse en la elaboración
de programas a nivel provincial y/o regional para el Litoral y
Mesopotamia.
En
esta estrategia las provincias de Misiones, Corrientes, Entre Ríos,
que no habían participado del Programa, junto a las provincias
de Formosa, Chaco, Santa Fe y Buenos Aires, encuentran un
mecanismo de inserción y de elaboración planificada de
respuestas a los problemas actuales y/o potenciales de la sequía.
2.
— Red Nacional de Información Lucha contra la Desertificación
Existe
consenso en destacar la importancia que la sociedad en su
conjunto tenga acceso a la más amplia información en materia
ambiental. Esto supone que los habitantes pueden acceder y
recibir información sobre diferentes cuestiones vinculadas al
medio ambiente.
Existe,
en consecuencia, una clara obligación estatal de hacer efectivo
este derecho. Esto ha sido expresamente consagrado en la
Constitución Nacional, reformada en 1994, que, además,
garantiza la acción de amparo para la defensa del derecho de
información ambiental, pudiéndola ejercer el afectado, el
defensor del pueblo y las ONGs.
En
esta misma orientación, la Convención de las Naciones Unidas
de Lucha contra la Desertificación destaca la importancia que
los países firmantes acuerden integrar y coordinar la reunión,
el análisis y el intercambio de información vinculada a la
problemática de la desertificación.
En
tal sentido, recomienda la implementación de mecanismos que
permitan la referida circulación de la información a fin de
hacer más eficiente la lucha contra ese flagelo.
En
concordancia con ello, más adelante, la Convención dispone que
las partes deberán promover la cooperación técnica y científica
en la lucha contra la desertificación y mitigación de los
efectos de la sequía, detallando un conjunto de acciones
orientadas a plasmar ese propósito.
Asimismo,
la Convención fomenta la transferencia, adquisición y
desarrollo de tecnología. Concretamente establece la necesidad
de utilizar los sistemas de información y centros de
intercambio de datos nacionales, subregionales regionales e
internacionales existentes para difundir información sobre las
tecnologías disponibles.
En
la misma inteligencia, se señala que el Comité de Ciencia y
Tecnología adoptará, disposiciones para emprender un estudio y
una evaluación de las redes, las instituciones, los organismos
y los órganos pertinentes ya existentes que deseen constituirse
en unidades de una red. Se indica que tal red apoyará la
aplicación de la Convención.
Particularmente,
en el anexo regional correspondiente a América Latina y el
Caribe se pone especial énfasis en la necesidad de fortalecer
las redes de cooperación técnica y de sistemas de cooperación,
aconsejando la realización de un inventario de tecnologías
disponibles y conocimientos, promoviendo su difusión y aplicación.
Para
hacer efectivos estos preceptos y dada la carencia de un
mecanismo que vincule en una red común a las fuentes y a los
usuarios de la información ambiental, surge la necesidad de
implementar un sistema abarcador que permita organizar y agrupar
la información existente en los diferentes organismos públicos
y privados.
El
desarrollo y administración de tal sistema no deberá afectar
las actividades primarias de los organismos participantes, sino
interrelacionar las fuentes existentes, los servicios y los
sistemas de modo tal que compatibilicen las necesidades del
demandante con el oferente de información.
Sistema
de Monitoreo y Evaluación de la Desertificación
El
desarrollo de inventarios dinámicos de recursos naturales, la
correcta evaluación de los procesos que conducen a la
desertificación y a exacerbar los efectos de las sequías, y la
construcción de cuentas del patrimonio ambiental, exigen el
establecimiento de un sistema nacional de información
ambiental, que debe constituirse en elemento central de
cualquier estrategia de lucha contra la desertificación.
En
tal sentido, se hace imperiosa la necesidad de incluir un Sistema
Permanente de Monitoreo y de Evaluación de los procesos que
dan lugar a la desertificación y de los efectos de la sequía,
cuyo beneficio, traducido en decisiones oportunas, puede ser de
incalculable valor, especialmente ante la posibilidad de que el
territorio se vea afectado por cambios climáticos de
impredecibles consecuencias.
A
tal efecto, en el marco del Programa de Acción Nacional se
proponen las siguientes acciones:
1.
— Diseñar un Sistema
de Información Nacional Permanente para la evaluación y
Monitoreo de la Desertificación, que articule la funcionalidad
de las Instituciones y Organizaciones Ambientales vinculados a
la Lucha Contra la Desertificación en las diferentes regiones:
áridas, semiáridas y subhúmedas secas del país.
2.
— Establecer un Sistema
de Información de alcance nacional a través de la Evaluación
y Monitoreo, capaz de recopilar y organizar la información
relacionada con Desertificación.
3.
— Proporcionar la
información básica necesaria para reformular políticas
nacionales de aprovechamiento de la tierra, rehabilitación de
tierras degradadas y los recursos de las zonas áridas y semiáridas.
4.
— Coordinar la Red de
Monitoreo, compatibilizándola con el Sistema de Información
Ambiental del PRODIA (Proyecto BID-SRNyDS).
5.
— Apoyar proyectos de
Evaluación y Monitoreo que surjan en las regiones comprendidas
por el PAN.
6.
— Establecer las
prioridades en el proceso de incorporación de información (qué
tipo de información se requiere y el uso final que se le dará),
a fin de que tenga un propósito claramente definido.
7.
— Inventariar los
recursos naturales y otras investigaciones a fin de elaborar
estrategias de desarrollo y apuntalar alternativas de producción.
8.
— Elaborar propuestas
de definición y clasificación de indicadores y las relaciones
entre los mismos.
9.
— Determinar los límites
de los componentes temáticos, en función de la gestión y toma
de decisiones.
10.
— Apoyar la capacitación
en temáticas de Evaluación y Monitoreo, a nivel nacional y
provincial.
3.
— Educación, Capacitación y Concientización Pública
Existe
una plena coincidencia en destacar la importancia de la
concientización social en relación a los problemas derivados
de la desertificación y la sequía. Ciertamente, un
prerrequisito para la implementación de las diversas políticas
orientadas a combatir estos flagelos es que la sociedad tenga en
claro los graves consecuencias que traen aparejados estos
procesos.
Del
mismo modo, es necesario instrumentar mecanismos de educación
formal y no formal, en materia ambiental, y particularmente, en
materia de desertificación.
La
Constitución Nacional reformada en 1994, haciéndose eco de
esta necesidad, dispone que las autoridades proveerán a la
educación ambiental.
Del
mismo modo, buena parte de la legislación específica sobre los
diferentes recursos naturales destaca la necesidad de
concientizar a la sociedad sobre el imperativo de conservar
tales recursos.
La
Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la
Desertificación pone especial énfasis en la educación y
sensibilización de la sociedad respecto de este problema.
En
tal sentido enumera un conjunto de acciones orientadas a plasmar
tales objetivos.
Por
caso, ratificando el postulado de la participación ciudadana
promueve el permanente acceso del público a la información, así
como a un amplio protagonismo del mismo en las actividades de
educación y sensibilización.
Apoyados
en estos principios, dentro de los lineamientos del Programa de
Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación se
propenderá a fortalecer la capacidad de formación e
investigación a nivel nacional y provincial en esta materia.
Asimismo,
se alentará la difusión de las tecnologías más eficaces, y
que, a la vez, posibiliten el uso sostenible de los recursos
naturales.
Se
capacitará a los agentes de extensión agrícola y miembros de
organizaciones rurales para que puedan aplicar enfoques
conservacionistas en sus prácticas agropecuarias.
También,
está previsto el lanzamiento de campañas de sensibilización
dirigidas al público en general.
En
la misma orientación, se introducirá el problema de la
desertificación en programas de estudios interdisciplinarios
que integren las diferentes materias vinculadas a esta problemática.
Se
pondrá especial énfasis en el diseño de planes especiales e
intensivos en las zonas más afectadas.
Es
necesario realizar campañas de sensibilización, en las que
cuente con estrategias de comunicación integradas, donde se
tenga en cuenta todas las etapas del proceso de la comunicación
y cada uno de los actores. Además se debe realizar el
seguimiento en cada parte del proceso, para comprobar si se
cumple los objetivos.
4.-Fortalecimiento
del Marco Institucional y Jurídico
En
el Anexo correspondiente a América Latina y el Caribe se
consigna la necesidad de fortalecer los puntos focales
nacionales encargados de la coordinación de las acciones
relativas a la lucha contra la desertificación y la mitigación
de los efectos de la sequía.
En
esa inteligencia, la Secretaría de Recursos Naturales y
Desarrollo Sustentable, como punto focal nacional en la materia,
desde el mismo inicio del Programa de Acción Nacional de Lucha
contra la Desertificación ha impulsado el más fuerte
protagonismo de todos los sectores y organismos públicos y
privados que, en mayor o menor medida, directa o indirectamente,
trabajan en el tema de la prevención y el combate de la
desertificación.
Existe
convicción en afirmar que la legitimidad del Programa descansa
en este amplio protagonismo social. Desde luego, esta metodología
no sólo se mantendrá, sino que se procurará incrementarla aún
más.
Para
el logro de este objetivo resulta de vital importancia el
desarrollo de una tarea de coordinación institucional que
permita a los distintos actores encausar sus acciones en un
proyecto integrador.
A
tales efectos, se profundizará la interacción con los
diferentes organismos públicos nacionales y provinciales con
incumbencia en esta materia. Del mismo modo, se alentará la
mancomunión de los sectores privados. Asociaciones de
productores, ONGs, técnicos, docentes, y todo aquella persona u
organización que trabaja en la preservación de los recursos
naturales podrá encontrar en el Programa de Acción Nacional de
Lucha contra la Desertificación un cauce institucional donde
sus esfuerzos se integren y multipliquen.
En
este contexto, la sanción de Ley Nº 24.701, que aprueba la
Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la
Desertificación, significa la incorporación al ordenamiento
jurídico nacional de una invalorable herramienta para combatir
este flagelo.
En
este marco, la reglamentación de esa Ley constituye un campo
propicio para avanzar en el proceso de integración normativa.
Sin
perjuicio de ello, y teniendo presente el abanico legal referido
a los diferentes recursos naturales, como los suelos, el agua,
los bosques, etc., se torna necesaria, además, una tarea de
recopilación y sistematización normativa como paso previo a un
trabajo de compatibilización legislativa, orientada a dotar de
un marco legal apropiado para el combate de la desertificación,
desde una perspectiva integral y abarcativa.
Habida
cuenta del carácter interdisciplinario del fenómeno de la
desertificación, vinculado a cuestiones sociales, económicas,
culturales, urbanísticas, etc. se requerirá un esfuerzo aún
mayor en este sentido, que incluya a una amplia gama de regímenes
normativos, más allá de la legislación propia de los recursos
naturales.
Puntualmente,
la elaboración de leyes nacionales de presupuestos mínimos
constituye una oportunidad de insertar esta problemática dentro
del cuerpo legislativo previsto por la Constitución Nacional.
De
acuerdo al carácter federal del sistema de gobierno argentino,
que confiere amplias atribuciones a los estados provinciales en
materia de administración de los recursos naturales, se torna
imperativo el diseño de un sistema de trabajo integrado entre
la Nación y las Provincias.
A
tales efectos, y siguiendo la metodología de participación
instrumentada en la elaboración del Programa Nacional, para la
implementación de esta tarea de fortalecimiento institucional y
jurídico se prevé la convocatoria a los diversos sectores
vinculados a esta materia.
A
modo ilustrativo, se alentará la participación de legisladores
nacionales, provinciales, concejales locales, técnicos,
colegios profesionales, docentes, etc., para trabajar en el diseño
de esta trama institucional y jurídica.
Asimismo,
y teniendo presente lo señalado expresamente por la Convención
de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, se
alentará la coordinación de actividades con arreglo a las
desarrolladas en el marco de otras Convenciones de las Naciones
Unidas, como por ejemplo, las de Cambio Climático y Diversidad
Biológica, con el fin de obtener las mayores ventajas posibles
de las acciones que se lleven a cabo en virtud de cada acuerdo.
Se
procurará evitar la duplicación de esfuerzos con el propósito
de incrementar la eficiencia de las políticas orientadas a
combatir la desertificación y mitigar los efectos de la sequía.
5.-Fortalecimiento
del Marco Económico Financiero
Teniendo
presente todas estas circunstancias y tomando debida nota de las
actuales restricciones económicas y financieras, una de las
primeras estrategias a implementar en el seno del Programa de
Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación será la de
identificar, inventariar y mejorar cualitativamente los
mecanismos y recursos financieros disponibles, así como también
difundir su conocimiento entre las instituciones del país.
Del
mismo modo, se deberá identificar y establecer nuevos y
adicionales mecanismos financieros para movilizar y canalizar
fondos externos e internos para el desarrollo de las diferentes
acciones previstas para ser desarrolladas en el marco del
referido Programa de Acción Nacional".
Se
pondrá especial énfasis en promover la participación de las
distintas instituciones de cooperación financiera bilateral o
multilateral, con el fin de asegurar la aplicación de la
Convención.
En
el marco de la Convención se ha creado un Mecanismo Global
destinado a promover medidas para movilizar y canalizar hacia
los países afectados recursos financieros sustanciales, sobre
la base de donaciones y/o préstamos en condiciones favorables.
Este
sistema de organización internacional de la cooperación económico-financiera
en el tema de la lucha contra la desertificación, requiere de
los países un singular esfuerzo en la optimización de sus
fuentes y mecanismos de financiación nacional, bilateral y
multilateral.
Nuestro
país como parte de la Convención se compromete a establecer
y/o reforzar los mecanismos nacionales de coordinación que
aseguren el uso eficiente de todos los recursos financieros
disponibles, la participación de los grupos locales, las ONGs y
el sector privado a fin de obtener fondos, elaborar y ejecutar
programas y asegurar que todos los grupos tengan acceso a la
financiación.
Se
promoverá el estudio, la discusión y aplicación de los
instrumentos económicos financieros en la política ambiental,
así como su impacto en el manejo de los recursos naturales y la
desertificación, sea como incentivos al uso racional o como
mecanismo de recaudación de fondos para las actividades de
lucha contra la desertificación.
6.
— Inserción del Programa Nacional en el Orden Regional e
Internacional
La
Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la
Desertificación y Mitigación de los Efectos de la Sequía prevé
expresamente que los países se consulten y cooperen para
preparar, con arreglo a los anexos regionales, programas de acción
subregionales y regionales con el fin de armonizar y
complementar los programas nacionales, así como de incrementar
su eficacia.
Se
contempla que dicha cooperación incluya programas conjuntos
convenidos para la gestión sostenible de recursos naturales
transfronterizos, la cooperación científica y técnica y el
fortalecimiento de las instituciones pertinentes. La Convención
cuenta con un Anexo de Aplicación Regional para América Latina
y el Caribe, en donde se detallan el objeto del mismo, teniendo
presente las particulares circunstancias de la región.
Asimismo,
se contemplan los contenidos de los respectivos Programas de
Acción Nacionales, así como también los mecanismos
institucionales de coordinación y cooperación de los
diferentes países de América Latina y el Caribe para hacer más
efectiva la lucha contra la desertificación y la sequía.
En
este contexto, cabe señalar que la República Argentina, junto
a Bolivia y Paraguay, está llevando adelante el Programa
Subregional de Desarrollo Sustentable del Gran Chaco Americano.
En
el mismo sentido, se está avanzando en la concreción del
Programa de la Puna Americana, juntamente a los países de
Chile, Bolivia, Perú y Ecuador. Asimismo, debe puntualizarse
que se ha puesto en marcha el Programa Regional de Lucha contra
la Desertificación, del cual la República Argentina fue uno de
los principales impulsores, lo que le permitió ocupar un cargo
en el Comité Ejecutivo del mismo.
Estas
circunstancias permiten apreciar que, en el marco del Programa
de Acción Nacional, se ha avanzado de manera significativa en
la armonización de las políticas regionales y subregionales en
materia de desertificación, junto a los países hermanos de
Latinoamérica.
Del
mismo modo, debe señalarse que la Argentina ocupa una
Vicepresidencia en la Primera Conferencia de las Partes de la
Convención, lo que le permite ampliar su protagonismo en el
escenario internacional.
En
este contexto, y con el propósito de continuar, ampliar y
profundizar los diferentes cursos de acción llevados a cabo por
la Argentina, en el seno del Programa de Acción Nacional se
alentará la adopción de las siguientes iniciativas:
Intensificar
las relaciones con los países de América del Sur a fin de
avanzar en los Programas Subregionales iniciados.
Armonizar,
con los países miembros del Mercosur, las políticas y la
normativa imperante en materia de recursos naturales y,
fundamentalmente, la referida a la desertificación y la sequía.
Continuar
trabajando junto a las restantes naciones de América Latina y
el Caribe a fin de consolidar el Programa de Acción Regional.
Intentar
llevar a cabo un papel preponderante en el seno de la
Conferencia de las Partes de la Convención, en razón de la
oportunidad que ofrece la ocupación del cargo de Vicepresidente
de la misma.
Procurar
obtener de la comunidad internacional y de los organismos
intergubernamentales competentes la cooperación necesaria para
asegurar un entorno propicio para la aplicación y extensión
del Programa de Acción Nacional en el país. Esta cooperación
abarcará, entre otros, a sectores de transferencia de tecnología,
así como también investigación científica y desarrollo,
reunión de información y distribución de recursos
financieros.
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